Uno de los ingredientes principales del plato que nos ocupa es el burgol, también conocido por aquí como bulgur (como me cuesta decirlo) burghoul, etc. No es ni más ni menos que trigo cocido muy despacio y posteriormente troceado y secado. Hace muchos años ví el proceso en Siria, utilizaban un caldero de proporciones colosales y aquello olía de maravilla.
Hay básicamente tres clases de burgol, grano gordo, fino y muy fino, en la receta de hoy, usaremos el de grano gordo, puesto que sirve de acompañamiento al guiso. También se utiliza como ingrediente principal en muchos platos en los que se combina con verduras, carne y frutos secos.. Ya os iré enseñando.
El burgol de grano pequeño es el que se emplea en el famoso tabbouleh, aquí más conocido como tabulé.. También es usado el fino, a falta del muy fino, para hacer kibbeh, en sus múltiples variedades.
Es un alimento muy sano, completo y además de digestión lenta así que fenomenal para todos los que cuidamos la línea.
Y...¿dónde se compra eso?, os preguntareis... bueno, en los herbolarios suelen tenerlo, nacional y además ecológico, a falta de pan buenas son tortas, pero si podeis encontrar burgol turco o de cualquier país árabe, mejor que mejor, tiene otro sabor. En una gran superficie francesa tienen burgol del gordo, es decir, del que hoy nos hace falta, por supuesto en establecimientos de comida árabe siempre hay.
Bueno, el plato de hoy es un guiso con ternera picada, tomate troceado y yo, hoy, he utilizado chalotas que tenía por aquí, pero se sustituye por cebolla y ajo y a correr... Se acompaña con el burgol, cocinado basicamente como el arroz (con fideos) y a disfrutar de una comida completa, sana y practicamente sin grasa... Ah! Y rapídisima de hacer, que en esta vida de carreras, se suele agradecer, en 20 minutos está todo hecho!!
Vamos??